Unquillo - page 7

 Son cinco familias que viven en precarias viviendas de barrio Villa Forchieri. Cada vez que llueve padecen inundaciones. El agua de los campos se acumula en su terreno donde antiguamente era un brazo de río. Temen por la salud de los niños.

Cinco familias de barrio Villa Forchieri, Unquillo, vivieron una pesadilla por el fuerte temporal que se desató en Sierras Chicas.

El recuerdo de las inundaciones del 15 de febrero de 2015 vino a la memoria de Fabián Ríos, de 26 años,  y los suyos, como un fantasma que no desaparece, cuando padecieron la bravura de la tormenta que duró desde la tarde del domingo hasta la madrugada del lunes.

Su casa se llovió hasta por todos lados. Por los techos, por las puertas, filtraba por cualquier lugar. Se le mojaron los colchones, la ropa, y ellos estaban empapados.

“Se inundaron los patios y el agua ingresaba a las viviendas. Pusimos unas chapas en las puertas para que no ingrese. Y rogábamos para que parara de llover. Se nos mojó el piso, las camas. Todo”, cuenta Fabian.

Desde hace dos años, él, junto a su mujer que está embarazada y dos niños, vive en una de las cinco viviendas construidas en una manzana adonde cae el agua de la montaña.

Antes, sus hermanos habían construido las otras cuatro viviendas en el mismo lugar. “Estamos en un pozo y el agua desemboca directamente acá”, dice.

La humedad es una constante en las casas y el miedo que tiene Fabián es que los niños se enfermen ya que sus hijos son asmáticos.

Están cansados de que cada vez que llueve las viviendas se conviertan en un río. Allí van a desembocar los líquidos de los campos vecinos. Y piden al municipio que les hagan las obras prometidas porque no aguantan más.

“Nos dijeron que nos iban a traer chapas pero no pasó nada. El municipio hizo desagües pero no funcionan. No alcanzan para tanta agua. Se rebalsan”, asegura.

Y se queja por las promesas incumplidas desde el municipio. “La municipalidad hizo la obra y la dejaron así nomás. No funciona como tendría que funcionar. Siempre que llueve pasa lo mismo”, afirma.

Por eso, pide que nos les hagan un muro detrás de la casa para parar el agua. “Necesitamos una solución con urgencia”, solicita.

Qué dice la municipalidad

Alan Bassi, secretario de Obras Públicas y Privadas de la municipalidad de Unquillo, aclara a La Voz: “Hace un par de meses venimos trabajando con esta familia. Vimos la situación, por la ubicación de su casa, hay una cuenca urbana que desagota en la manzana por donde viven ellos”.

Por eso, asevera “planificamos dos obras, una ya fue ejecutada: Hicimos un contrapiso de hormigón en su patio interno para que no haya barro cuando llueva y tenga una pendiente hacia una boca de tormenta. Le hicimos un desagüe de 200 mm de diámetro para que salgan las aguas internas”.

Bassi asegura que la segunda parte de la obra es hacer una obra de desagüe mucho mayor en la calle que está por detrás de la vivienda. Realizar una tapia, como pretende la familia, “no es una buena solución porque puede hacer un dique, romperlo e inundarlos violentamente”.

Para el funcionario la solución es “hacer un desagüe a través de una calle pública, Los Pinos, que lleve el agua hacia calle Los Ceibos. Vamos a hacer una boca de tormenta de hormigón con la capacidad necesaria para eso ya se evaluó la cuenca (…)”.

La solución definitiva ya estaba estudiada, y estaban en proceso de obra cuando la tormenta del domingo los sorprendió.

“Solicitamos a la Provincia una retroescabadora y con ella se pudo realizar los trabajos, destapando los vados que quedaron con ramas y mejoras en vados del Río Ceballos que pasa por Unquillo”, explica.

Bassi adelanta que el próximo jueves arrancará las obras con esta máquina para darles la solución tan esperada a estas familias.

Además, expresa que el domingo se implementaron todos los recursos, y fueron asistidos por personal de Defensa Civil, para evacuarlos pero como el agua ya estaba bajando, ellos decidieron no evacuarse.