El intendente Juan Martín inauguró la flamante Plaza de los Inmigrantes. Lo hizo acompañado por la secretaria de Infraestructura Urbana de la Nación, Marina Klemensiewicz.
En muchos pueblos de tierra adentro, por no decir la gran mayoría, el legado de las familias inmigrantes que llegaron desde principios del siglo pasado, forma parte de la historia, la idiosincrasia y el acervo cultural de cada comunidad.
Serrezuela no es la excepción: su tierra recibió con los brazos abiertos a familias llegadas de otros rincones del mundo, que se establecieron en el noroeste cordobés y desde allí forjaron su propio destino e influyeron también en el de la comunidad que los albergó.
Esa memoria colectiva tiene ahora su propio espacio en la Plaza de los Inmigrantes, un predio de 700 metros cuadrados, cuya puesta en valor es un homenaje a las familias de inmigrantes y un lugar de encuentro para toda la comunidad.
Ubicada junto a la ruta 38, la plaza combina juegos para niños, parquización, un muro de agua y un hermoso mural, que de manera simbólica une las imágenes del tren y de familias inmigrantes.
“No elegimos este lugar de manera casual. Aquí mismo, en los alrededores de esta nueva plaza, viven muchas familias de inmigrantes muy conocidas y queridas en nuestro pueblo. A través de ellos y en reconocimiento a lo que han aportado a Serrezuela, les rendimos un modesto homenaje. Esta es la plaza del encuentro, la plaza de la familia, el lugar donde nos podemos juntar todos los vecinos”, resumió el intendente Juan Martín, al inaugurar ese paseo público.
La plaza se construyó como parte del Plan Hábitat, que el municipio local está desarrollando con fuerte apoyo de la Nación, y que contempla una inversión total de $61 millones en infraestructura básica y social, apuntando a mejorar la calidad de vida de la gente.
Para la inauguración, llegó especialmente desde Buenos Aires la secretaria de Infraestructura Urbana de la Nación, Marina Klemensiewicz, quien felicitó a Martin por el trabajo realizado y se dio tiempo también para visitar en su casa a “Rulo” Kaek, un inmigrante sirio que fue el fotógrafo histórico de Serrezuela y hasta tiene un pequeño museo propio con antecedentes y registros visuales de todo tipo sobre la vida de esa localidad.
