“Hoy, no llevamos fútbol pero sí comida”

en Saldán

Dice Carlos Villegas, uno de los impulsores de la Olla Popular Móvil, un ejemplo solidario en medio de la pandemia. Cada semana llevan comida a distintos barrios de Córdoba y a localidades de Sierras Chicas.

¿Qué tienen en común un albañil, un policía, un peluquero y un bancario? Además, de sus pasiones por el fútbol, la pasión por ayudar a los más necesitados.

Cuando comenzó el aislamiento social obligatorio por la pandemia de coronavirus, Carlos Villegas, (albañil) de 38 años, junto a Gabriel (policía), Yamíl (peluquero) y Gastón (bancario), decidieron  separarse de sus familias para hacer la cuarentena juntos.

Ya que tenían un objetivo común: llevar adelante una obra solidaria. Tal como lo venían haciendo con escuelas de fútbol pero esta vez llevando alimentos.

Entonces, decidieron hacer una olla popular móvil y llevarlas a barrios de la zona norte de Córdoba capital, y además, a las ciudades de Saldán, Villa Allende y Unquillo, brindando asistencia así a quienes no tienen un plato de comida diario.

Reciben la ayuda de la fundación Alas de Vida del exjugador de Talleres Santiago Del Sotto.

“Sabemos lo que es el hambre. Cuando fuimos a Saldán nos encontramos con una situación increíble, la gente vive en carpas y ahí no baja nadie. Nos acompaña la fundación Alas de Vida de Santiago Del Sotto que hace un trabajo increíble”, cuenta Carlos Villegas.

Cocinan dos o tres veces a la semana, entre 150 y 200 porciones que depende de las donaciones que consiguen de los mismos vecinos.

“No solo llevamos la olla sino también ropa. Amamos hacer lo que hacemos. Hoy no llevamos fútbol pero si llevamos comida”, dice Carlos.

El carro hecho para trasladar los alimentos.

Entrevista con Carlos Villegas

Seguí la página: https://www.facebook.com/OLLA-Popular-MOVIL-109806024047356/

Para donaciones comunicate al 351 6117014 (Gastón).

El fútbol participativo y necesario 

Uno de los primeros proyectos solidarios de Carlos, en conjunto con su equipo de trabajo, fue “Carlitos corazón”, apodo puesto por el trabajo social que venía realizando a lo largo de sus años en Saldán.

Armó una escuela de fútbol en un terreno baldío en barrio San Francisco, y desde entonces comenzó a replicarla a los demás barrios cercanos, Rincón Bonito, Barrio Cortaderos, Sol Naciente ya como “fútbol participativo”, una propuesta donde los niños son los protagonistas e imponen sus propias reglas de juego.

La metodología consiste en un primer tiempo donde se pautan las reglas de juego en ambos equipos, posteriormente en un segundo tiempo actúa el mediador en caso de que haya alguna anomalía.

Y finaliza con un tercer tiempo donde comparten las vivencias del mismo. En esta actividad los valores juegan un papel fundamental.

Esta idea fue adoptada de Buenos Aires, a cargo de su director Fernando Leguiza (dirigente social), con la finalidad de incluir  a los chicos en situación de calle.

Esta iniciativa deja una enseñanza muy grande para que luego los niños lo apliquen en su vida cotidiana.

El fútbol participativo desembarcó en Medellín, Colombia, en el Campeonato Mundial de Fútbol de Brasil, en Bolivia y otros países.

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