La Legislatura reconoció a la Biblioteca Provincial para Personas con Discapacidad Visual

Por iniciativa de los legisladores Inés Contrera y Miguel Nicolás, la institución cordobesa recibió un beneplácito por su aporte a la inclusión, la accesibilidad y el desarrollo educativo.
Hace más de 30 años que la Biblioteca Provincial para Personas con Discapacidad Visual ofrece libros y distintas actividades culturales para personas con y sin discapacidad visual. Funciona en la ciudad Capital y nació bajo el amparo de la Ley Provincial 8.201 en 1993.
Los legisladores Inés Contrera y Miguel Nicolás destacaron el valioso aporte de esta institución a la inclusión, la accesibilidad y el desarrollo cultural y educativo de las personas con discapacidad visual. Por ello, impulsaron un proyecto de declaración para reconocer su trayectoria.
En representación de la Legislatura, los legisladores Carlos Carignano, Inés Contrera, Oscar Saliba y José Bría recibieron a Aldo Ceballos, uno de los fundadores; a Nuria Graco, jefa de área; a Nilda Sánchez; y a Viviana Poblete, viuda de Osvaldo Poblete —también fundador de la biblioteca—, junto a otros integrantes del equipo.
Durante el encuentro, se hizo entrega de la declaración de beneplácito aprobada en la 5ª Sesión Ordinaria del Período 147°, realizada el pasado 9 de abril, bajo el expediente Nº 42237/D/25.
La biblioteca fue impulsada por un grupo comprometido de ciudadanos con discapacidad visual, que buscaba garantizar el acceso al conocimiento, la formación y la participación plena en la vida cultural y educativa. Esta iniciativa hizo eco en el entonces Gobierno de Córdoba y, a través del Poder Legislativo, le dio el amparo de la Ley Provincial 8.201.



Fue inaugurada el 24 de septiembre de 1993 y funciona en el edificio de la Biblioteca Córdoba.
A su vez, la biblioteca piensa en la inclusión de las personas a nivel social trabajando fundamentalmente, en la alfabetización digital de las personas con discapacidad visual y el uso de dispositivos tecnológicos de gran importancia, que les permite además tener autonomía en la vida diaria. En la misma biblioteca se dictan cursos gratuitos de braille, destinados a toda la comunidad.



En la actualidad, la biblioteca sigue destacándose como un faro de inclusión y empoderamiento para la comunidad, adaptando materiales educativos, capacitando en lecto-comprensión en braille y brindando herramientas tecnológicas, que abren nuevas oportunidades para estudiantes y profesionales con discapacidad visual. Desde el área, se proveen materiales didácticos por intermedio de las instituciones tiflológicas nacionales e internacionales, dedicadas a este aspecto de la problemática visual.
Asimismo, es un ejemplo vivo de cómo las instituciones culturales pueden romper barreras, integrando a las personas con discapacidad en la sociedad promoviendo su autonomía.