En Jesús María, cabecera y “corazón” PRO del Departamento Colón, la disputa política de 2019 por la renovación de cargos ejecutivos ya comenzó a jugarse tenuemente, con los primeros movimientos –al menos en lo mediático- de las fuerzas políticas.
Jesús María carga una paradoja: pese a ser la ciudad que en los últimos 6 años gobernó el actual diputado nacional Gabriel Frizza, es uno de los distritos donde Cambiemos no está formalmente constituido con todos los socios que integran la coalición liderada a nivel nacional por Mauricio Macri.
Frizza gobernó y dejó en el oficialismo a una coalición local llamada Compromiso Ciudadano, que implica un amplísimo paraguas donde conviven el propio frizzismo, el PRO, socialistas, porciones de la UCR y también del peronismo, y hasta sectores que en algún momento simpatizaron con el kirchnerismo.
En este caso, la oposición es la UCR orgánica, que tampoco tiene una unidad monolítica, y que necesita desesperadamente ampliar su base de sustentación para ser opción de poder.
Esta semana, el radicalismo empezó a mostrar sus cartas. A caballo de un paro de 4 días de los trabajadores municipales por la negociación salarial, los concejales de la UCR presentaron un proyecto para congelar las dietas de los ediles.
Aunque todavía no tuvo debate legislativo, la medida ya fue tildada de demagógica y oportunista, en busca de posicionamiento político.
La reacción apuntó a un eje central: que la pretensión de reducción de gastos busca convertir a la política en espacio exclusivo de unos pocos, a partir del buen pasar y la holgura económica que exhiben los principales referentes de la UCR, cuyos concejales rechazaron incluso el aumento anual del 28,8% que el Ejecutivo concedió a los trabajadores municipales.
Y en el marco de esa discusión, uno de los concejales de la UCR salió a recordar el origen también radical de la actual intendente Mariana Ispizua y de un par de funcionarios más. “Sugieron allí y suponemos que siguen teniendo su corazoncito radical”, lanzó el edil José Capellino (UCR).
La movida puso en evidencia la estrategia radical de intentar cooptar a referentes del frizzismo y clavar una cuña divisoria en el oficialimo. Sin el manejo de Cambiemos, ni la posibilidad de administrar esa “marca” electoral, el radicalismo de Jesús María juega a dividir a Compromiso Ciudadano como camino para generarse una chance propia en 2019.
Sin embargo, el oficialismo se muestra compacto, detrás del liderazgo político que encarna el mencionado Frizza.
Son los primeros capítulos de la puja central del año que viene.
